lunes, 15 de abril de 2013

La Importancia del Espíritu Santo. Juan 16.


Para Jesucristo el espíritu santo era demasiado importante, tanto que a los discípulos les dijo que era necesario que él se fuera para que pueda llegar el espíritu santo. V 7 “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.
Para muchos las manifestaciones del espíritu santo son  temblor, escalofrió, vomito, gritar desenfrenadamente y muchas manifestaciones que en verdad lo único que producen es terror y confusión.

Pero Jesús nos enseña algo muy diferente el nos dice que el espíritu santo tiene unas funciones muy puntuales:
1. convence de pecado. V 8 a “Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado,” solo cuando reconocemos que somos pecadores, que lo que estamos haciendo no está bien es cuando buscamos a Jesús y creemos en el. V 9 “De pecado, por cuanto no creen en mí;
2. Nos convence de Justicia. Nos hace ver como Jesús ahora esta como poderoso rey a la diestra del padre.
3. Nos convence de Juicio. A través del espíritu santo podemos entender que Satanás ya ha sido juzgado y que el ya no tiene otra oportunidad, como la tenemos nosotros, pero que después de este tiempo también seremos juzgados para salvación o condenación.
4. El espíritu santo es el que nos enseña la verdad de Dios. V 13 “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.
Tener al espíritu santo en nosotros o decir que estamos llenos del espíritu santo es reflejar en nuestra vida el fruto que él es. Gálatas 5: 22 “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,  5:23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
El espíritu santo nos lleva a renunciar a nuestras paciones, liberarnos de toda atadura para poder seguir a Jesús. Gálatas 5: 24 “Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
Si decimos tener al espíritu debemos andar como en el espíritu, el tener la llenura del espíritu es algo que se tiene que ver reflejado en nuestro exterior, en nuestro trato, en nuestra manera de hablar. Gálatas 5: 25 “Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.
El mundo es difícil y está lleno de muchos problemas, pero a través del espíritu santo el nos da fortaleza para también salir vencedores. V 33 “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
El espíritu de Dios es el que nos hace entender  y obedecer la palabra. Ezequiel 36: 27 “Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.
Solo si obedecemos a la palabra de Dios nos convertimos en morada del espíritu santo. Juan 14: 23 “Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.
El espíritu santo es mucho más que una mera emoción, el espíritu santo es el que transforma nuestra vida, el que restaura nuestra mente y nuestro corazón.



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