miércoles, 3 de abril de 2013

Purificación del Templo. Juan 2.


Los animales que se debían presentar a Jehová tenían que estar en perfecto estado, deberían ser lo mejor. Y tenía que ser de buena voluntad. Levítico 1: 3 “Si su ofrenda fuere holocausto vacuno, macho sin defecto lo ofrecerá; de su voluntad lo ofrecerá a la puerta del tabernáculo de reunión delante de Jehová.
La manera de llevar una oveja para el sacrificio era cargándola de tal manera que no se estropeara, y de esta forma poder ofrecer algo sin defecto. Los mercaderes llevaban muchos animales era obvio que ya no los podían llevar con el mismo cuidado.

Jesús encontró que la gente ya no llevaba el animal, ahora lo compraba en el templo, si el que iba a ofrecer el sacrificio lo cuidaba desde pequeño lo más normal es que se terminara encariñándose con él, y al ofrecerlo a Jehová sentiría dolor a pesar de estar alegre por darle lo mejor.
Comprar el animal en el templo minimizaba el esfuerzo, posiblemente se pedía rebaja por lo que se estaba comprando, definitivamente lo que se ofrecía a Dios ya no terminaba siendo lo mejor, no por el animal estar lastimado, sino por la forma como se lo adquiría.
Hoy en día hay muchas personas que para congregarse buscan comodidad, no les importa que aprendan o como agradan a Dios, lo único que les interesa es encontrar una iglesia pegada al lado de su casa.
Esto le molesto en gran manera a Jesús. V 14-15 “y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados.  2:15 Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas;
Para Jesús y para David el templo era muy importante, era la casa de Dios. V 16 “y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado.
En el templo Dios nos escucha. 1 Reyes 8: 33- 39 “Si tu pueblo Israel fuere derrotado delante de sus enemigos por haber pecado contra ti, y se volvieren a ti y confesaren tu nombre, y oraren y te rogaren y suplicaren en esta casa,  8:34 tú oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tu pueblo Israel, y los volverás a la tierra que diste a sus padres.  8:35 Si el cielo se cerrare y no lloviere, por haber ellos pecado contra ti, y te rogaren en este lugar y confesaren tu nombre, y se volvieren del pecado, cuando los afligieres, 
8:36 tú oirás en los cielos, y perdonarás el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel, enseñándoles el buen camino en que anden; y darás lluvias sobre tu tierra, la cual diste a tu pueblo por heredad.  8:37 Si en la tierra hubiere hambre, pestilencia, tizoncillo, añublo, langosta o pulgón; si sus enemigos los sitiaren en la tierra en donde habiten; cualquier plaga o enfermedad que sea;  8:38 toda oración y toda súplica que hiciere cualquier hombre, o todo tu pueblo Israel, cuando cualquiera sintiere la plaga en su corazón, y extendiere sus manos a esta casa,  8:39 tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, y perdonarás, y actuarás, y darás a cada uno conforme a sus caminos, cuyo corazón tú conoces (porque sólo tú conoces el corazón de todos los hijos de los hombres);
En el templo experimentamos la presencia de Dios. 1 Reyes 9: 2-3 “Jehová apareció a Salomón la segunda vez, como le había aparecido en Gabaón. 9:3 Y le dijo Jehová: Yo he oído tu oración y tú ruego que has hecho en mi presencia. Yo he santificado esta casa que tú has edificado, para poner mi nombre en ella para siempre; y en ella estarán mis ojos y mi corazón todos los días.
En el templo podemos ver a Dios por medio de la Adoración. Salmo 27: 4 “Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.
Hoy en día ya no tenemos que sacrificar animales, pero en el templo debemos presentarnos nosotros mismos como sacrificio agradable a Dios. Romanos 12: 1 “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
Dios exige que le entreguemos lo mejor de nosotros, no esperes a estar desocupado para ofrecerle tiempo a Dios, dale de lo mejor, si tu eres una persona muy ocupada por el trabajo, el estudio o las labores de tu casa, entonces eres el candidato número uno para buscar de Dios en el templo.
El templo no es para venerarlo pero si para respetarlo como el lugar de encuentro con Dios.



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