lunes, 15 de abril de 2013

La Presencia de Jesús. Juan 20.

Mientras la gente no quiera sentir a Jesús, mientras la gente siga buscando a Jesús solo por los milagros y no por amor. De nada sirve pedir explicaciones sobre Dios. Oiremos palabras bonitas, pero, en el fondo, serán frases vacías, de la misma manera que uno puede leer toda una enciclopedia sobre el amor y no por ello saber lo que es amar. Tal vez la diferencia entre moisés y nosotros es que moisés sentía que estar sin Jehová era estar vacio. Y hoy solo buscamos lo que él pueda darnos. Éxodo 33: 14-15 “Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso.
33:15 Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí.

 Nadie conseguirá jamás probar que Dios existe o que no existe. Ciertas cosas en la vida fueron hechas para ser simplemente experimentadas, pero nunca para ser explicadas.

Sin duda, el amor es una de estas cosas. Dios, que es amor, es otra de ellas. La fe es una experiencia infantil, precisamente en aquel sentido para muchos incomprensible que Jesús nos enseñó: “De los niños es el reino de los cielos”.
Aun gran pintor o aun gran dibujante le podemos pedir que nos dibuje o nos pinte una manzana y de seguro que lo harían muy bien, pero si a ellos les pedimos que nos dibuje o nos pinte el sabor de la manzana, lo más probable es que no lo van a poder hacer. Eso es algo que no se puede expresar con palabras y mucho menos dibujar en un papel, la única forma de conocer el sabor de la manzana es probándola.
De esta misma forma para poder conocer del amor de Jesús es necesario estar con él, tener un encuentro maravilloso con nuestro Jesús. V 19 “Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros.
Solo estar al lado de Jesús nos puede dar regocijo. V 20 “Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor.
Para poder sentir a Jesús solo se necesita tener un corazón dispuesto, si tu quieres sentir a Jesús en el templo, debes creer que el está ahí. Él lo prometió. Mateo 18: 20 “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
Una persona no dispuesta no puede sentir a Jesús así lo tenga de frente. Esto le pasaba a tomas el incrédulo. Juan 20: 27 “Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.
En muchas otras ocasiones les paso lo mismo algunos de sus discípulos, aunque caminaban juntos no lo podían reconocer y menos sentir. Lucas 24: 15-16 “E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acontecido.  24:15 Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y caminaba con ellos.  24:16 Mas los ojos de ellos estaban velados, para que no le  conociesen.

Si tu quieres sentir a Jesús y experimentar de todo su amor, debes anhelarlo, cuando entres en oración antes de pedirle algo anhela poderlo sentir.





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